En el pasado, toda la costa norte de Honduras estuvo interconectada por vías férreas. El tren fue el medio de transporte confiable que catapultó a Atlántida y la costa norte como la mas productiva de Honduras. Tristemente, no queda casi nada de esta rica herencia que forjó al país durante el siglo XX. Hoy ya no existen vías férreas, ni locomotoras que halen vagones cargados de bananos y pasajeros. Sin embargo, aun existe una pequeña espuela del ferrocarril que opera. Me refiero al tramo desde La Unión a Salado Barra. Sin duda, este es un paseo en un tren singular y único. El servicio opera todos los días y aun esta bajo el mando del Ferrocarril Nacional de Honduras.

Camino a la Aventura en el Singular Tren de Cuero y Salado
Aun en pleno siglo XXI puedes disfrutar de este paseo en un tren original y diferente cuando visitas el Refugio de Vida Silvestre de Cuero y Salado. El punto de partida es en la comunidad de La Unión. El viaje hasta Salado Barra dura aproximadamente 40 minutos. En el trayecto pasaras por rancherías y fincas ganaderas. También pasaras por un cocal que recuerda los tiempos en los que la Vacaro Brothers Company cultivaba y exportaba cocos en estos mismos terrenos.
Al tomar el tren, encontraras que te acompañan miembros de las rancherías que se encuentran en el camino. También es común encontrarse con turistas nacionales y extranjeros que van a conocer el Refugio. Lo normal es que los extranjeros lleven largavistas y estén muy interesados en la avifauna de la zona. Y es que Cuero y Salado es uno de los mejores sitios en la Costa Norte de Honduras para el Aviturismo.

Aves en Cuero y Salado. Foto Cortesia de Jorge Paniagua y Sandra Coria.
Es interesante mencionar que, hoy en día, esta es la única entrada al Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado. Si bien hay un sendero en el que pueden pasar motocicletas, no pueden pasar autos ni camiones hasta el refugio. Por ello, los pobladores de la aldea Salado Barra utilizan este medio de transporte para ir y venir cuando necesitan comprar provisiones, visitar el doctor o incluso para salir a estudiar en el caso de los muchachos de secundaria.
Hay varias razones por las cuales este en un paseo en un tren singular. Además de ser el ultimo tren de pasajeros operando regularmente en Honduras, el motocarro es único y diferente. Se trata de un motocarro, no una locomotora con vagones. El motocarro es un pequeño vagón que tiene su propio motor. Cuando hace falta puede halar hasta dos o tres vagones adicionales. Esto obviamente depende de la demanda del momento. El motocarro y los vagones tienen sillones de hierro y madera, que no muy cómodos, por cierto. Los costados de ambos son abiertos, es decir no hay un resguardo que te mantenga en el vehículo. Esto hace el paseo ideal para tomar fotografías y/o practicar el avistamiento de aves.

Camino a Cuero y Salado en el tren singular a Cuero y Salado. Foto: Jafeth Zablah
La ruta pasa por una comunidad donde se encuentra la APROCASABE. Esta es una cooperativa de productores de casabe que se encuentra a un costado de las vías. Si tienes interés en visitar la cooperativa, te recomiendo que hagas una reservación con anticipación, para asegurarte de que estén abiertos y produciendo. Ellos ofrecen un tour de casabe muy interesante que además es interactivo. ¡En la actividad aprenderás como se elabora el casabe y hasta podrás hacer tu propia torta de casabe! Para reservar, lo mejor es coordinar con Reservaciones La Ceiba, quienes con gusto te ayudarán.

Un Manatí en el Refugio de Vida Silvestre Cuero y Salado. Photo Mario Castillo
Al llegar a tu destino, en Salado Barra, encontraras varias opciones para conocer y disfrutar Cuero y Salado. Incluso, existe la posibilidad de pernoctar dentro del refugio, para así incrementar la posibilidad de ver al manatí que es la especie insigne del refugio que vive en las lagunas y estuarios del refugio. Lo cierto, es que, para salir del refugio, podrás disfrutar una vez mas un paseo en un tren muy singular. Es fácil imaginarse esos días pasados, cuando el ferrocarril era amo y señor del transporte en la costa desde Sico en Colón hasta Cuyamel en Cortés. ¡Como han cambiado los tiempos!